Soy Lara, periodista y consultora de comunicación


También soy madre de dos pequeñas personitas que me recuerdan cada día que estamos aquí para hacer de este mundo un lugar mejor.

 

Soy Lara, periodista y consultora de comunicación


También soy madre de dos pequeñas personitas que me recuerdan cada día que estamos aquí para hacer de este mundo un lugar mejor.

Periodista en agencias de comunicación

No sé si todo empezó el día que decidí mudarme de Gijón a Madrid para estudiar periodismo o el día que acepté que el vacío que sentía al dejar a mi hijo en la escuela infantil tenía un motivo y yo era la única responsable de ponerle remedio. Da igual. La cuestión es que esos dos momentos fueron clave y me han llevado hasta aquí.

Empecé mi trayectoria profesional en una agencia de comunicación de Madrid, donde estuve más de dos años trabajando para grandes empresas, hasta que me surgió la oportunidad de realizar el mismo tipo de trabajo en otra agencia en Asturias, lo que acepté sin dudar porque me dio la posibilidad de regresar a mi tierra. Allí estuve casi cinco años.

Maternidad y trabajo

Aunque me gustaba mucho el trabajo que hacía, siempre me había atraído la idea de emprender y poder trabajar con empresas comprometidas con valores como los míos. Esa idea fue cogiendo cada vez más peso a medida que se acercaba el nacimiento de mi primer hijo, cuando empezaba a preguntarme cómo iba a verle crecer si tenía un trabajo a jornada partida a treinta kilómetros de mi casa.

Así nació Texturas comunicación, un sueño al que por fin pude darle forma cuando Gabriel acababa de cumplir dos años. La lucha por la conciliación ha sido una constante en mi vida desde que soy madre y eso me ha llevado a cuestionar los modelos laborales establecidos. ¿Quién ha decidido que sólo tenemos derecho a estar con nuestros hijos a partir de las seis de la tarde? ¿O que si queremos hacerlo antes es a costa de reducir nuestros ingresos?

No, la conciliación no es abrir guarderías con horarios interminables, sino fomentar la productividad y la flexibilidad en las empresas para cuidar de nuestros empleados y respetar su tiempo personal y familiar. La conciliación no es ausentarnos con culpa del trabajo cuando nuestro hijo enferma y recuperar las horas después, sino impulsar políticas que pongan el cuidado de la infancia (ojo, de nuestro futuro) en el lugar que le corresponde.

Por eso, cuando nació Texturas tuve claro que ayudar a otras madres emprendedoras, otras mujeres que tuvieran los mismos sueños que yo, iba a ser una de mis prioridades. Pero no quería quedarme solo ahí. Siento que la comunicación es una de las herramientas más potentes que tenemos para cambiar el mundo. Que necesitamos referentes de empresas y líderes que estén haciendo las cosas bien, que estén apostando por cuidar de lo que es realmente importante: el lugar en el que vivimos y las personas con las que lo compartimos.

Madre emprendedora

Así surgió la otra pata de este proyecto: la comunicación sostenible, la comunicación al servicio de empresas comprometidas con los valores que yo misma defiendo.

Porque sin sostenibilidad no hay futuro que valga para mis hijos, ni tampoco para los tuyos.

 

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